El gasto de las calderas de gas depende del sistema de regulación y modulación de potencia que tengan, de tener o no un termostato ambiente y del tipo de ajuste que este incorpore, ya que todo esto afecta directamente a los ciclos de encendido y apagado de la caldera.
No solamente el gasto se ve afectado con estos ciclos continuos, sino que el rendimiento de la caldera también se ve reducido. En el mercado existen diferentes rendimientos que oscilan desde el 55% hasta más del 95%.
Una caldera que no incorpore un sistema de regulación de temperatura adecuado generará potencia sin control, provocando un consumo de gas muy alto y un bajo rendimiento.
Las calderas que se apagan y encienden continuamente funcionan bajo un sistema conocido como On/Off, que consiste en apagar el quemador de la caldera cuando la instalación alcanza la temperatura consignada, y cuando la temperatura desciende por debajo de ese nivel se vuelven a encender los quemadores, pero a una potencia excesiva.
De esta manera, la caldera entra en ciclos cortos de encendido y parada, debido a que en segundos o escasos minutos entrega más potencia de la necesaria a la instalación, ésta vuelve a alcanzar la temperatura de confort y de nuevo se apaga, repitiéndose el ciclo una y otra vez, originando un mayor consumo y un bajo rendimiento.
Para solucionar estos problemas se recomienda substituir las calderas convencionales por calderas de condensación, que gracias al aprovechamiento del calor de los gases quemados consigue rendimientos mayores del 100% y debido a su eficiente diseño interno permite trabajar el sistema a menores temperaturas, aportando un ahorro energético extra al sistema. Además, si se regula la caldera de forma modulante según la temperatura exterior y/o las necesidades reales del edificio, se puede llegar a ahorrar más de un 30% respecto a una caldera de gas convencional.
Estas calderas, combinadas con sistemas de energía solar térmica, son los sitemas más eficientes en edificios en suelo urbano de ciudades y pueblos fríos para la producción de agua caliente sanitaria centralizada, donde no es posible instalar silos de almacenamiento de biomasa.
