La revolución energética llega también a la movilidad y los coches eléctricos cada vez van a estar más presentes en los garajes de tus vecinos y sin duda tendrán una enorme relevancia a medio y largo plazo en la movilidad, sobre todo tras anunciar el gobierno que tiene intención de prohibir la venta de coches de combustión a partir de 2040. Así que la pregunta es pertinente: ¿Y tú, cuándo te planteas adquirir uno?
Quizá debas tener en cuenta estas 4 consideraciones antes de dar el paso definitivo.
La movilidad más sostenible: tus dos piernas.
Sí, un coche eléctrico tiene numerosas ventajas, pero solo podría considerarse “ecológico” en primer lugar y como premisa si su electricidad procede de fuentes de energía renovables.
Con todo, el vehículo tiene un enorme gasto energético en su fabricación, requiere de las denominadas como “tierras raras” para su batería, ocupa un espacio público y necesita de unas infraestructuras.
En definitiva, el coche eléctrico es una mejora… pero moverte andando, en bicicleta o en transporte público siempre es una opción mejor de cara al medioambiente, a tu salud y a tu bolsillo si te mueves por el casco urbano. Además, así llegarás antes a tu destino y con la mente más lúcida tras activarte haciendo ejercicio.
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Si eres más de monopatines para poder plegarlo al máximo y meterlo en el autobús, puedes seguir este enlace con los patines eléctricos más deseados. Eso sí, ojo con circular por las aceras a gran velocidad, puedes hacer daño a quien te cruces.
Energías renovables y coche eléctrico.
Si aún con todo, tienes la necesidad de un vehículo privado, el coche eléctrico puede ser desde luego tu mejor elección. Su uso a nivel intensivo ayudará a mejorar la calidad del aire de nuestras ciudades, lo cual es algo a celebrar.
Pero como adelantábamos, si las emisiones que no brotan del tubo de escape se producen a varios kilómetros en una central, pues… “ecológico” como tal, tampoco.
El coche eléctrico tiene mucho sentido de la mano de una transición hacia las renovables, más aún si se utiliza en consonancia con prácticas como el car-sharing.
Hasta que eso no se produzca… hay quienes disfrutan en su vivienda de una instalación solar fotovoltaica y a la vez alimentan a su flamante coche eléctrico. Desde luego no todos pueden plantearse instalar placas o contar con una plaza de garaje privada, pero si es tu caso puede ser una muy buena opción.
Algunos problemas que te puedes encontrar al comprar tu coche eléctrico.
El primero de ellos ya lo hemos dicho: la plaza de garaje. Si dispones de una privada, ningún problema. Instalar un punto de recarga es bastante sencillo y relativamente económico. Eso sí, es mejor consultar con un electricista certificado que te asesore.
Si dispones de plaza de estacionamiento pero en un garaje comunitario, has de saber que la ley te ampara y que solo debes informar por escrito al presidente de la comunidad.
Si no cumples ninguno de los dos requisitos… mal asunto. Puedes recargar el coche en cualquier schuko (enchufe convencional), pero eso te llevaría unas 20 horas.
Además, el coche eléctrico es hoy por hoy bastante más caro que un coche de motor de combustión. Bien es cierto que se trata de vehículos muy fiables y que esa diferencia puede llegar a amortizarse haciendo kilómetros, a fin de cuentas un coche eléctrico puede gastar 1 euro cada 100 Km.
Otro asunto a tener en cuenta es el de la autonomía. España no cuenta precisamente con la mejor infraestructura de recarga de Europa, y aunque poco a poco esta red va mejorando, lo cierto es que los 300 km medios de autonomía constriñen un poco su uso a la hora de realizar viajes de media y larga distancia.
Puedes plantearte otras opciones de transición.
No, no es que pretendamos pincharte la burbuja. Recalcamos que el coche eléctrico puede ser excelente, pero a día de hoy también puede claramente no ser la mejor opción. Depende de cada caso en concreto.
¿Te has planteado por ejemplo un híbrido? ¿O quizá un híbrido enchufable? En el primer caso se trata de coches que aúnan motor de combustión y un pequeño motor eléctrico con una batería de poca capacidad para ayudar a reducir el consumo.
Cuanto más kilómetros hagas en ciudad, más reducirás el consumo y más eficiente serás frente a un coche convencional.
Los híbridos enchufables son similares pero hacen gala de una batería mayor que les permite alcanzar cifras de autonomía en modo eléctrico de alrededor de 50 km. Lo que ya te permite por ejemplo ir al trabajo sin gastar una gota de gasolina, contando a la vez con la tranquilidad de que en un viaje más largo no vas a quedarte “tirado”.