La calefacción es algo muy necesario en muchos hogares. ¿por qué? por varios motivos, primero porque en invierno hace frío, segundo porque queremos estar cómodos en casa y, tercero, porque la en la mayoría de las casas existe una demanda de calor para llegar a una temperatura confortable debido a los escasos aislamientos o a un diseño en que no se pensó en bienestar interior.
¿Cómo se genera calefacción?
La calefacción es la técnica que consiste en calentar un espacio interior a partir de un sistema que genera calor.
Tradicionalmente se han empleado chimeneas de leña o estufas para calentar las casas. Otra opción habitual durante muchos años han sido los radiadores por los que pasa agua calentada en una caldera de gasoil o gas y así provocar una convección que calienta el ambiente.
En los últimos años todos los que nos dedicamos a la eficiencia energética y a buscar sistemas confortables apostamos por el suelo radiante como medio de calefacción de viviendas y edificios en general. Este sistema tiene varias ventajas como:
- El agua que pasa por sus circuitos va a una temperatura 20ºC menor que la que pasa por los radiadores, lo que provoca un menor gasto de combustible
- Realizas un calentamiento del continente y el contenido, no solo del aire, lo que provoca una inercia térmica que ayuda que el sistema de calentamiento de agua tenga que estar menos tiempo encendido.
- Consigues un calor ideal, pies calientes y cabeza fría, lo que hace que la sensación de bienestar sea mayor que cualquier otro sistema de calefacción.
El hecho de necesitar el agua a baja temperatura consigue que puedan usarse alternativas al uso de calderas como bombas de calor de aerotermia o diferentes sistemas de energía solar complementarios.
¿Y si uso la energía solar para calentar mi casa?
Una cosa antes de empezar, solo con energía solar no podrás usar la calefacción, siempre necesita complementos. Y hay dos opciones.
Opción 1: Energía Solar Térmica
Es la manera de usar energía solar en calefacción tradicional, se utiliza un sistema de energía solar térmica para aportar parte de calor en sistemas, sobre todo de baja temperatura para conseguir un 30 o 40% del calor necesario.
En un sistema que puede funcionar bien, pero necesita del aporte de otra fuente de calor en grado considerable lo cual hace que no se aprecie por el usuario el ahorro real aportado pues siempre va a estar consumiendo electricidad si usa bomba de calor o gas o gasoil si usa caldera para calentar el suelo radiante.
Además, requiere de un mantenimiento costoso y constante para que siga funcionando el sistema.
Opción 2: Energía solar fotovoltaica
De manera indirecta puedes usar la energía solar fotovoltaica, la que produce electricidad, para tener en marcha el sistema de calefacción. Es decir, puedes producir la energía eléctrica suficiente para que funcione la aerotermia y caliente tu suelo radiante si gasta electricidad de la red. Hoy en día es factible y económico poder aportar toda la electricidad necesaria y si te sobra usarla para el resto de la casa o para verter a la red o unas baterías. En el siguiente punto te explicaré todo lo necesario para conseguirlo.
Componentes necesarios para una instalación solar fotovoltaica
No solo de paneles vive la energía solar fotovoltaica. Un sistema de energía solar está compuesto de más componentes, aunque lo que se vea desde la calle solo sean los módulos.
Los inversores solares es la parte indispensable para los paneles fotovoltaicos no sean un elemento de adorno. Este elemento te permite convertir la corriente continua que producen los módulos solares en corriente alterna que puede consumirse en los edificios. Los hay de diferentes tipos, por ejemplo, tenemos inversores de string, donde se conectan en serie varios paneles o microinversores, donde cada módulo convierte su electricidad ya a corriente alterna sin que le influyan el resto.
También hay inversores de conexión a red, que convierten la corriente para que esté sincronizada con la red pública y la uses sin problemas, inversores de baterías, que generan una onda nueva y se usa en viviendas aisladas o inversores híbridos, con los que puedes conectarte a la red y a la vez almacenar el sobrante.
Por último, destacar que el sistema de almacenamiento que se está imponiendo en los últimos años en instalaciones domésticas e industriales son las baterías solares de litio. Estas baterías han conseguido aumentar la vida útil, reducir el espacio y mejorar la estabilidad de las baterías de plomo-ácido que se empleaban hasta hace unos años, por eso, junto a su desarrollo a la par del coche eléctrico, hacen que sean las más adecuadas para todo tipo de instalaciones donde haya una descarga continua de la misma.