Hasta 2008 por lo menos, y yo opino que en la actualidad también, la construcción ha sido el sector fundamental de nuestro mercado laboral, no solo por los trabajadores directos, como contratistas, escayolistas, albañiles, arquitectos, fontaneros, electricistas, … si no también por los indirectos como empresas de transportes, agencias inmobiliarias, fabricantes de todos tipo de materiales, etc.
El funcionamiento del sector, hasta entonces, consistía en buscar suelo sin construir y ponerse manos a la obra, levantando edificios y barrios muchas veces en medio de la nada. Esto suponía, al menos, 3 problemas:
- Se creaban barrios desconectados de las ciudades, con la falta o encarecimiento de las infraestructuras para poder abastecerlos, aumentando la contaminación por el transporte a ellas.
- Se dejaban casas y zonas de los cascos urbanos de las ciudades vacías y, con el tiempo, en muy mal estado de conservación.
- Significaban un daño ecológico irremediable, al cubrir con asfalto y hormigón suelo natural, construyendo incluso muchas veces sobre huertas tradicionales o espacio verde.
A partir del 2008, aunque muchos veníamos hablando de ello antes, se empezó a hablar de la rehabilitación y más concretamente de la rehabilitación energética como medida para poder aliviar el desempleo en el sector, pero no sé si muchos lo hacían por el enorme problema que había generado el desplome del modelo anterior o solo para cumplir con normativas europeas.
La rehabilitación energética de edificios es fundamental y debe ser la base de cualquier política de impulso económico y de construcción en los próximos años en primer lugar por lo opuesto de los 3 puntos que he citado antes, al recuperar los cascos urbanos de las ciudades, ocupando y habitando sus casas y dejando zonas naturales alrededor de las mismas, pero también por el empleo estable que puede generar estas actuaciones y el ahorro energético que producen, reduciendo la dependencia exterior de nuestro país.
El gobierno de España, y sus comunidades autónomas ya han comenzado planes de fomento de rehabilitación de edificios, donde se incide en conseguir una mejora de su consumo energético, pero estos planes deben ser más ambiciosos y con medidas más específicas. Yo propondría, por lo menos, las siguientes 7 medidas:
- Prohibición de construcción de edificios en zonas de expansión de las ciudades como PAI´s o PAU´s, permitiendo la construcción únicamente en zonas urbanas consolidadas.
- Creación de un fondo público de financiación de proyectos de rehabilitación energética cuando se consigue llegar a que el edificio mejore 2 o más letras su eficiencia energética.
- Bonificación del impuesto de construcciones en las obras de rehabilitación que mejoren por lo menos dos letras su eficiencia energética y su calificación mínima sea la letra B.
- Programa de financiación y/o subvención parcial de instalaciones de energías renovables para usos térmicos en proyectos de rehabilitación de edificios.
- Financiación de las substituciones de calderas por otras más eficiente, limitando la financiación a los sistemas actuales que más rendimiento proporcionan, como son las calderas de condensación o las bombas de calor aerotérmicas.
- Simplificación del trámite administrativo para la instalación de energía solar fotovoltaica para el autoconsumo en edificios rehabilitados, permitiendo instalaciones comunitarias y posibilitando el balance neto.
- Plan de promoción de la rehabilitación energética, con información y formación tanto a los profesionales del sector como a las personas ajenas a él.
