Muchos creen que el desarrollo de las tecnologías de energías renovables se debió fundamentalmente al protocolo de Kyoto.
Realmente es lo contrario, primero se vio la necesidad de contaminar menos y de depender menos de los combustibles fósiles y de ahí se pasó a firmar un protocolo, por muchos países, no por todos.
Hoy, todos los países utilizan cada vez más las energías renovables, y cada vez en más número de países hay políticas de fomento del ahorro energético y las energías alternativas, aunque en España y en Europa estén un poco frenadas.La necesidad de ahorrar energía y, también, de la energía que se consuma dañe menos el planeta es hoy mucho mayor que en el año 1997.
Por ello parece que se está negociando unos nuevos acuerdos que sustituyan al famoso protocolo, como se refleja en esta noticia.
Lo malo es que estos acuerdos, en la mayoría de los casos, solo sirven para incumplirlos.
Necesitamos una acción política, tanto local como global, contundente para acabar con la dependencia energética de los combustibles fósiles. Para ello hay que penalizar cada vez más el uso de estos combustibles e incentivar el desarrollo y, sobre todo, el uso de las energías renovables o los sistemas de gestión para el ahorro energético. Y también será necesario cerrar todas las centrales nucleares lo antes posible.
A día de hoy es posible prescindir completamente de las energías fósiles totalmente, pero en un mundo como en el que estamos en el que solo se ve el aquí y el ahora y el coste a corto plazo es difícil implantar las medidas adecuadas.
Apostemos claramente por un mundo sin energías fósiles y nuclear.
