Todas las administraciones públicas de este país están en un momento de ajuste, de no inversión y de reducción del gasto público.
Por eso, las campañas de navidad han resultado ser en muchos sitios menos ostentosas, reduciendo iluminación o gastando menos en regalos.
Es evidente que hay que corregir los desmanes de la mala praxis de los gobiernos en los años anteriores, pero no por ello se debe de dejar de invertir en políticas sociales ni en mejoras para la ciudad.
Y una mejora es el reducir el consumo energético.
Este consumo se puede reducir apagando instalaciones, como lo hacen en la mayoría de los sitios, o mejorando las existentes, utilizando materiales avanzados que mantengan o mejoren el confort y consuman menos energía.
Hoy en día existen, por ejemplo, productos para el alumbrado viario, decorativo o festivo de ahorro energético, con luminarias led, detectores de presencia, domótica, que pueden emplearse estos días a un coste similar que lo que cuesta instalar los convencionales y un ahorro de hasta un 80%.
Además, hay elementos del mobiliario urbano que integran sistemas de generación de energía, que puede usarse para el consumo de la ciudad, ahorrando energía con ello.
Cuando se tenga que cambiar el mobiliario se deberá pensar en utilizar este tipo de mobiliario, ya que repercutirá en un ahorro a medio plazo considerable.
También podría plantearse la instalación de este mobiliario con los servicios de las ESE, para que se vayan financiando con base al ahorro, pero no creo que un ayuntamiento tenga que gravar a sus vecinos con obras permanentes en su localidad.