Según se viene hablando desde hace varios meses la Unión Europea parece dispuesta a incorporar aranceles a los paneles fotovoltaicos chinos como medida antidumping.
Para ello se ha abierto una investigación que dictará sentencia el día 6 de junio, sobre la posible subvención del gobierno chino a una serie de fabricantes de este país.
Esto entra un campo político difícil de jugar, pero donde se pueden tomar muchas medidas para no debilitar la industria local y que el consumidor pueda beneficiarse de precios económicos para producir su propia energía.
Además los empleos que se pueden mantener en la industria fabricante se podrían perder en el sector de los instalaciones, porque si suben su precio pueden disminuir su carga de trabajo.
Por ejemplo, se podrían adaptar las leyes para que en una instalación de autoconsumo el balance neto se aplique solo a instalaciones con módulos fabricados en Europa.
Ambas son medidas que no encarecerían las instalaciones y representan una protección a la industria local, teniendo más armas con las competir.
Yo pediría a las autoridades que recapacitaran bien y estudiando todos los pros y los contras tomen las medidas más oportunas para asegurar que se puede mantener y aumentar el número de personas trabajando en el sector de la fotovoltaica en Europa en los próximos años.