El consumo energético es uno de los costes ajenos a la producción más limitantes para los diferentes negocios, industriales, comerciales u hosteleros.
A la hora de la concepción del edificio muchas veces no se toman en cuenta, dejándose llevar por supuestos estéticos o económicamente erróneos, como es el hecho de buscar la solución más barata inicialmente.
Por tanto, es muy importante la participación de profesionales preparados para el diseño inicial del edificio en varios aspectos.
Aspecto 1. Carcasa. Los materiales, la orientación de los huecos y las características de un edificio es crucial para el consumo futuro del mismo en climatización. Un buen aislamiento combinado con una ventilación natural adecuada puede producir que no se necesite el consumo de energía para tener confort dentro del edificio en cualquier época del año.
Aspecto 2. Instalaciones térmicas. Será importante tanto la elección de los equipos como la ubicación de los emisores, por ejemplo, refrigerar desde el suelo o calefactar desde el suelo puede hacer que el consumo se duplique. Hay que estudiar el edificio para ver la solución más adecuada, utilizando bombas de calor, calderas de condensación, climatización por condensación, energía solar… Solo alguien especializado e independiente puede ofrecer la mejor solución.
Aspecto 3. Alumbrado. Hoy en día es posible utilizar luminarias que consumen mucho menos que las convencionales hasta hace poco tiempo. El alumbrado Led o los fluorescentes dimmerables con encendido electrónico pueden consumir menos de la mitad que un diseño convencional.
Aspecto 4. Control y automatización. Un sistema de gestión automático puede proporcionar ahorros considerables por medio de apagados selectivos de equipos, control horario, arranques… Es imprescindible en un nuevo edificio disponer de un sistema adecuado.
Aspecto 5. Uso de energías renovables. El uso de energía solar, eólica o biomasa puede aportar un ahorro considerable a su instalación, estando ajeno a posibles subida del precio del combustible. Aprovechalo.
El ahorro energético está en tus manos y es más fácil conseguirlo cuando el edificio no está hecho.
