En algunos países como Dinamarca, sea cual sea el gobierno que esté en el ejecutivo, se tiene una conciencia en cuanto al consumo de recursos suficiente para buscar el bien común de todos sus ciudadanos, como muestra su propuesta a largo plazo, para abastecerse completamente con energías renovables para el año 2050.
Esto cuadra con un pensamiento según el que el gobierno conservador de Angela Merkel va a cerrar las centrales nucleares o la Comunidad Autónoma de Extremadura exige un plan de energías renovables para potenciar el autoconsumo de las mismas.
La energía y el medio ambiente no es un tema de color político, así se refleja en muchos países o regiones, aunque a veces de la sensación de lo contrario.
Una política energética estable y potenciando el autoconsumo, las energías renovables y el ahorro energético, beneficia al conjunto de la sociedad, en primer lugar por el no uso de energías contaminantes y dañinas con el entorno, y en segundo lugar, pensando en España y el resto de países de la Unión Europea, para dejar de depender de pseudodemocracias y dictaduras, donde las personas no tienen derechos suficientes para poder elegir y mucho menos decidir.
Es importante un plan energético, en el que se le dé poder a las empresas y personas a instalar sus sistemas de producción energética, consiguiendo una red distribuida de generación más estable que la actual y más económica, donde también se siga primando la investigación y el desarrollo de nuevos recursos energéticos como ha hecho el CENER o la Plataforma Solar de Almería durante muchos años y siguen desarrollando empresas privadas como IMECAL en temas como la recuperación energética de residuos con su programa PERSEO.
Animo desde aquí, a todas las asociaciones y personas, que manden escritos a sus ayuntamientos y comunidades autónomas para que presionen al gobierno a que deje esta senda de inestabilidad y de irresponsabilidad y se ponga a trabajar por el bien de todos.
