Hasta el año 2011, España es uno de los países Europeos que más apoyaban las energías renovables, llegando a ser líder en algún año de potencia instalada.
Había apoyo para instalaciones de generación eléctrica mediante energías renovables mediante primas, y para instalaciones de ahorro energético utilizando energías renovables concediendo subvenciones.
El objetivo era que en el 2020 al menos un 20% de la energía consumida proviniera de energías renovables.
Pero llegó el dos mil doce, tras algunos varapalos anteriores, y todo se acabó, el fomento de estas energía cruciales para nosotros por sus beneficios mediambientales, por su generación de puestos de trabajo y por su contribución a aliviar el déficit comercial del país pasó a la historia.Debido a eso, las previsiones, como este informe de Ecofys, indica que no llegaremos a las cifras previstas, lo cual me parece demencial.
Y me parece demencial porque somos un país sin grandes recursos energéticos además de las energías renovables, un país que era puntero en empresas fabricantes y desarrolladoras de proyectos de este tipo de energías, un país con la tasa de paro más alta de la Unión Europea y del mundo occidental.
Es un error imperdonable no aprovechar nuestros recursos naturales como el sol, el mar y el viento para hacer de ello el motor de nuestro país, creando una industria sólida y estable, que evite ciclos como los que genera el empleo basado en la construcción.
El primer paso sería aprobar el decreto de autoconsumo con balance neto, sin límite de potencia, y dejar de cargar impuestos a unas instalaciones que sin ellos generarían empleo y cotizaciones de empleados, además de impuestos de sociedades.
El futuro será renovable o no será.
