Instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo como producto de inversión

Es muy probable que si estás interesado en la energía solar fotovoltaica, detrás de ese interés haya una motivación relacionada con la concienciación medioambiental. A fin de cuentas, formar parte de la transición hacia un modelo más sostenible es gratificante.

Pero de cara a lograr una mayor penetración de estas tecnologías debemos realizar un discurso multipolar, abarcando otras cuestiones como la rentabilidad de las instalaciones en términos estrictamente económicos.

¿Qué te puede aportar, desde el punto de vista económico, una instalación fotovoltaica en tu hogar?

Aumento del valor de tu inmueble.

Según el Laboratorio Nacional de Energía Renovable , si posees una instalación solar fotovoltaica, el valor de tu propiedad aumenta aproximadamente en 20 euros por cada euro que ahorras gracias a invertir en energía solar. Esta cifra depende de otros parámetros, como el tamaño de la instalación y el de la propia vivienda.

Para usar otro orden de magnitud, podemos decir que una instalación solar aumenta el valor de nuestra casa un 3-4%, lo que supone una media de 5.800 euros por cada kWp instalado. Este factor, unido al creciente interés por un estilo de vida más sostenible, conlleva que las inmobiliarias hayan posado sus ojos en las viviendas con instalaciones fotovoltaicas, que se venden actualmente un 20% más rápido. 

La fotovoltaica es un “producto financiero”.

producto financiero fotovoltaica

Una instalación solar va a generar un rendimiento y el escenario es proclive para ello, con el precio de esta tecnología cada vez más asequible y con el coste que pagas por la electricidad al alza.

Hay que tener en cuenta que la vida útil se estima en unos 25 años (a excepción de las baterías), y el periodo de amortización puede oscilar entre 6-10 años. Con lo cual, transcurrida esa etapa, comienzas a percibir réditos económicos de la electricidad que estás generando gratuitamente y que, por tanto, dejas de pagar.  

El rendimiento monetario anual de tu instalación fotovoltaica

Una forma sencilla de calcular el rendimiento anual de tu instalación solar fotovoltaica es dividir los beneficios anuales entre la inversión inicial de tu instalación. ¿Qué factores van a influir en dicho rendimiento?

Las tarifas eléctricas: cuanto más alto sea el precio de la electricidad, lógicamente más fácil será rentabilizar nuestra instalación fotovoltaica. Hay que tener en cuenta también que como hemos mencionado este precio varía a lo largo del tiempo.

Incentivos y subvenciones fiscales: es posible que a nivel local, regional, etc., existan medidas para fomentar la instalación de paneles solares, has de informarte sobre tu región en concreto. Si tienes la suerte de contar con incentivos de este tipo, el periodo de amortización se reduce.

Costes: a priori una instalación más costosa se amortiza más tarde. Es importante que compares precios tanto de materiales como de dimensionamiento e instalación, sin comprometer nunca la calidad de los mismos.

Las características de tu propia vivienda: no es lo mismo un techo orientado al pleno sur, que una cubierta con otra orientación y además aquejada de sombras arrojadas por ejemplo por edificios colindantes.

Es importante que estudies todos estos aspectos al detalle o, si crees que no estás capacitado o no dispones del tiempo suficiente, que contactes con un profesional para que te guíe en el proceso. El correcto dimensionado de una instalación, la elección de la potencia y los materiales, son tan importantes como un buen proceso de configuración e instalación.

rentabilidad fotovoltaica esperada

La rentabilidad de la fotovoltaica, ¿qué esperar?

Si admitimos que el precio de la electricidad va a seguir subiendo y tenemos en cuenta que el mantenimiento de una instalación es prácticamente inexistente, hay pocas inversiones que tengan un retorno similar con un riesgo tan bajo.

A modo de dejemplo, en Quetzal ya publicamos un estudio real de viabilidad real comparando una vivienda solar fotovoltaica aislada de la red frente a una vivienda sin placas y conectada. El ahorro acumulado, como podéis ver en el enlace, era considerable aunque el tiempo de amortización era elevado en este caso, sobre todo por el banco de baterías.

Con todo, disipada la posibilidad de un “impuesto al sol” a instalaciones de autoconsumo y con medidas de fomento y simplificación de los trámites burocráticos para las instalaciones, la situación es hoy en día aún mejor, pues las instalaciones resultan más económicas y fáciles de poner en marcha.

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