Hablando de reforma y rehabilitación de edificios, hay un concepto que, en la sociedad en general, goza actualmente de un evolucionado significado.
En todos los aspectos y actividades, la concienciación sobre la mejora en los procesos está bien presente. Entiéndase una mejora orientada a la sostenibilidad y al cuidado y respeto por medioambiente y planeta.
Estamos hablando de la economía circular.
Los sectores de la construcción y edificación dentro de este término, cuentan con un importante papel de transformación y adaptación.
El principio de la economía circular radica en el aprovechamiento cíclico (o circular) de todos los recursos, de tal forma que el material de desecho de un proceso, sea empleado como materia prima en otro.
Esta idea expone un modelo diametralmente opuesto al que ha prevalecido durante años, el modelo de economía lineal, que ha llevado la expresión “usar y tirar” a la opción protagonista del consumo.
La reutilización de recursos y residuos pretende acabar con esta fórmula y hacer extenso el mensaje y las buenas prácticas circulares.
Economía circular en la rehabilitación y reforma de edificios
Como ya es sabido, el principio más básico de aplicación de la economía circular, es el empleo de materiales sobrantes, de residuos, o de objetos ya existentes.
En la edificación, el material más abundante, a parte de los primarios, son los propios edificios. Todas las construcciones ya hechas suponen un importante potencial en la rehabilitación de los mismos y en la recuperación de los espacios que en su día ocuparon.
A lo largo y ancho del globo, se cuentan con múltiples ejemplos de edificios, que en su segunda vida han dado lugar a hoteles, museos, restaurantes, polideportivos o centros de salud, donde antes había, iglesias, plazas de toros o antiguas fábricas.
La principal ventaja de la reutilización de edificios existentes, es el aprovechamiento del gran número de metros cuadrados que ya ocupan, principalmente en grandes ciudades donde el espacio es escaso. Diseñar un nuevo uso tiene el objeto de recuperar los edificios y sus espacios ya obsoletos, y adaptarlos a las nuevas actividades que necesariamente tiene el cambio y crecimiento social.
Unido a ello, y para que estos procesos mantengan el principio de la circularidad, las operaciones de reforma y rehabilitación, deben contar con procesos que empleen materiales reciclados, reutilizados y de cercanía, para que el impacto de la obra de rehabilitación sea lo menor posible.
Ejemplos de esto se pueden encontrar en el empleo de marcos antiguos de ventanas para el revestimiento, restauración de mobiliario para decoración y restos de escombros y otros desechos para la elaboración de tabiquería…
En la rehabilitación de edificios existentes, muchos propietarios, públicos y privados, han encontrado el espacio y el resultado que buscaban.
Economía circular en la construcción de edificios
Pero no se deja de construir edificios nuevos, tanto en residencial como en sector terciario, la obra nueva vuelve a estar en auge, y son muchas las empresas y promotores privados que se lanzan a la construcción nuevos edificios y nuevos espacios que no encuentran su lugar en la rehabilitación.
La introducción del concepto de economía circular en la construcción de obra nueva, está presente en el inicio del proceso, en el diseño del edificio.
Un diseño circular debe estar obligatoriamente orientado al futuro desmonte y recuperación del edificio cuando este haya llegado al final de su vida útil.
Desde los materiales empleados, hasta los acabados, deben estar preparados para poder reutilizarlos cuando llegue el momento.
Gran parte de este objetivo se consigue en el planteamiento de un diseño compartimentado de las zonas que componen el edificio; de tal forma que piezas, materiales y huecos estén pensados para ser transformados.
