Desde hace ya bastante tiempo, los ingenieros o ingenieras en ejercicio libre, de cualquier especialidad, nos hemos convertido para gran parte de la opinión de muchas personas, en meros hacedores de papeles o legalizadores, siendo esto de muy bajo conocimiento.
Si bien es cierto que parte de nuestro trabajo es el de legalizar obras, instalaciones o actividades, no lo es menos que un trabajo correcto por nuestra parte desde la concepción de cada obra conlleva beneficios para el promotor y la eliminación de problemas en el desarrollo de los trabajos.
Por eso, voy a listar una serie de conceptos donde sea conveniente y adecuado la ayuda de profesionales de ingeniería, ya sea contratados dentro de la propia empresa o como consultores externos y, lamentablemente, habitualmente no se hace.
- Diseño de los proyectos básicos. Realizar un estudio junto con los arquitectos y la propiedad de los diseños iniciales de los proyectos evitará muchas complicaciones en las obras, al poder prever las necesidades de instalaciones, huecos, superficies ocupadas por maquinarias, etc.
- Estudios de instalaciones para ofertar. Hoy en día, tanto en contratos públicos como privados, se suele comparar ofertas de diversas empresas para contratar las obras. Habitualmente se lleva los contratos quien presenta la mejor calidad y el menor precio en sus propuestas. Con la ayuda de ingenieros se puede llegar a encontrar y justificar sistemas de instalaciones que ofrezcan la calidad y confort exigibles con un coste competitivo y así aumentar la posibilidad de llevarse el contrato firmado.
- Diseño de instalaciones. En muchas ocasiones, sobre todo en obras medianas y pequeñas, las instalaciones se van ejecutando según el criterio de los titulares o de los instaladores. Eso provocan más veces de lo deseable, que a la hora de inspeccionar y legalizar las mismas haya que realizar cambios y reformas imprevistas que multiplican los costes y retrasan la puesta en marcha. Si se realiza un diseño inicial por profesionales contando con las necesidades de la obra, las deficiencias de las instalaciones se pueden minimizar e incluso eliminar por completo, ahorrando en coste y tiempo.
- Dirección de obra. Aquí, además de hablar favorablemente de la misma por parte de cualquier ingeniero, abogo por una figura de director o directora de obra independiente. La dirección de obra es la parte intermedia entre la propiedad o el promotor y la constructora o instaladora, la cual tendrá sus jefes de obra. La misión es que se cumplan todas las especificaciones del titular, en el plazo acordado, por el precio contratado y cumpliendo todas las especificaciones técnicas y legales exigibles, por lo cual tiene que estar velando para que el contratista realizar bien su trabajo y las posibles modificaciones sugeridas nunca supongan un perjuicio para el titular. En muchas obras este trabajo no se lleva a parte, se realiza solamente de forma parcial (arquitectos o arquitectos técnicos) o por parte del personal de la contrata, que siempre intentará favorecer a la misma, y en una obra siempre tienen que ganar todas las partes.
- Determinación de necesidades de locales. Cuando una empresa quiere emprender una nueva actividad en algún local, ya sea comercial, de servicios o industrial, dicho habitáculo necesitará cumplir una serie de especificaciones técnicas y legales para que la nueva actividad pueda legalizarse y así evitar multas, retrasos y problemas con la administración o compañías suministradoras de agua o electricidad. Por eso, es conveniente contar con los servicios de profesionales de ingeniería especializados en aperturas para encontrar el local ideal para ejercer la actividad y para, en el caso de necesitar adecuarlo mediante obrar, nos indique desde el primer momento los requerimientos de accesibilidad e instalaciones que deberemos cumplir.
Estos cinco puntos se han realizado desde mi punto de vista de ingeniero industrial, pudiendo valer, con pequeños matices para otro tipo de ingenieros y arquitectos técnicos, pero en todo caso tiene como consecuencia un mejor funcionamiento de la ejecución de las obras y un beneficio económico para el titular de las mismas y/o las partes contratantes.
